Primeras personas de Color en Olimpiadas

Los juegos olímpicos son una tradición que existe desde la antigua Grecia hasta la actualidad. Con este evento se ha logrado la unión de países y la sana convivencia entre deportistas, sin embargo, el racismo llegó a opacar los juegos en una época oscura que se remonta antes del inicio de la segunda guerra mundial.

Saludo del Poder Negro en los Juegos Olímpicos de 1968

Las primeras olimpiadas con personas de color se dan en los juegos de San Luis, Estados Unidos, en 1904, oficialmente conocidos como “Juegos de la III Olimpiada” del 1 de julio al 23 de noviembre. A partir de esta edición comenzó la tradición de obsequiar medallas de oro, plata y bronce a los competidores ganadores pero, sobre todo, lo que más marcó a estos juegos fue la segregación racial que se vivió en el desfile de inauguración con el título “El Día Antropológico” que exponía a los jugadores de color como razas “inferiores” y que competerían en eventos paralelos sin registro oficial. El barón de Coubertin, personaje famoso de la época, no asistió por considerarlo como “un espectáculo bochornoso”

En estas olimpiadas, Estados Unidos tuvo un total de 242 medallas, quedando Cuba en el tercer lugar con nueve medallas, noticia que conmocionó a la población. El atleta estadounidense, George Poage, se convirtió en el primer atleta de raza negra en ganar una medalla de bronce.

En 1931, el Comité Olímpico Internacional escogió a Berlín como sede de las Olimpíadas de Verano de 1936. Esto significó el regreso de Alemania a la comunidad internacional tras su aislamiento después de la derrota de la Primera Guerra Mundial.

Estas olimpiadas de Berlín se caracterizaron por sus elementos nazis, una de ellas afirma que Adolf Hitler, habría intentado utilizar los juegos para demostrar sus teorías sobre la presunta superioridad racial aria. Además, la instrumentalización propagandística de los juegos que realizó el régimen nazi es algo que también ha sido criticado. Otra se refiere al incidente que involucró a Jesse Owens, ganador de las pruebas de 100m, 200m, 4×100m y salto de longitud.

Se afirma que Hitler solo felicitó personalmente a los dos primeros ganadores de los juegos y se rehusó a darle la mano a Owens. El propio Jesse Owens afirma en sus memorias que recibió una felicitación oficial por escrito del gobierno alemán, y que sin embargo el presidente Franklin Delano Roosevelt no invitó al atleta a las celebraciones en la Casa Blanca, puesto que estaba inmerso en las elecciones y necesitaba el voto del sur estadounidense fuertemente racista.

Hoy en día, vivimos en un mundo donde los atletas negros son reconocidos e impulsados en la mayoría de los países y se sanciona a las personas que presentan elementos racistas en dichos eventos, tal como sucedió en los juegos de Londres 2012, cuando dos deportistas fueron eliminados de las olimpiadas por publicar tweets racistas. Uno de los eliminados fue la atleta griega Paraskevi Papachristouquien quien declaró en su cuenta oficial “Con tantos africanos en Grecia al menos los mosquitos del río Nilo Occidental tendrán comida casera”.

A la fecha siguen los esfuerzos, de lograr unas olimpiadas tolerantes e incluyentes, donde no exista ningún tipo de discriminación, ya sea racial o de género. A pesar de que existan personas que quieran tirar esos esfuerzos a la basura, somos más los que queremos vivir en un mundo con oportunidades para todos.

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